La niña cuya desaparición fue reportada la semana pasada ya está nuevamente en casa, rodeada del amor de su familia en Pasacancha, llenando de alivio, esperanza y alegría a toda la comunidad que siguió de cerca su búsqueda. Su regreso se ha convertido en una noticia que ha tocado profundamente el corazón de quienes, durante días, vivieron con preocupación y rezaron por su pronta aparición.
Sin embargo, el momento más conmovedor se vivió al regresar a su colegio, donde todos la esperaban con ansias. Apenas cruzó la puerta del aula, sus compañeros no pudieron contener la emoción: corrieron a abrazarla con fuerza, algunos entre sollozos y otros con sonrisas que reflejaban la enorme falta que les hizo durante su ausencia. El salón se llenó de aplausos, lágrimas y un ambiente cargado de cariño, como si todos compartieran un mismo respiro de alivio.
Con el corazón en la mano, sus amiguitos y su profesora habían preparado una sorpresa especial para darle la bienvenida. Le cantaron “feliz cumpleaños” —aunque no fuera exactamente la fecha— como símbolo de renacer y celebrar su regreso. Llevaron torta, gelatina, canchita y pequeños detalles hechos por ellos mismos, demostrando con esos gestos sencillos pero llenos de amor cuánto la querían y lo importante que es dentro del grupo.
Fue una bienvenida cálida, sincera y profundamente humana, un momento que quedará grabado para siempre en la memoria de sus compañeros, sus maestros, su familia y toda la comunidad. Un recuerdo que, más allá de la preocupación vivida, reafirma la fuerza de la unión, la inocencia de la niñez y el valor inmenso de tenerla nuevamente entre ellos.
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